
Es imposible mejorar el rendimiento en cualquier especialidad si se entrena siempre lo mismo durante todo el tiempo. Si así fuera, el organismo se adaptaría al entrenamiento que se estuviera realizando y el rendimiento quedaría estabilizado mientras se mantuviese el mismo régimen de entrenamiento. El entrenamiento periodizado es, en esencia, un plan de entrenamiento que cambia las tareas de entrenamiento en un intervalo regular de tiempo (Fleck & Kraemer, 1996). Numerosos estudios específicos han mostrado claramente como los programas de entrenamiento periodizado producen mayores ganancias de rendimiento que un programa de entrenamiento repetitivo. (Steinacker, Lormes, Lehmann, & Altenburg, 1997; Tan, 1999).
¿En qué consiste la planificación deportiva?
Constituye una forma de ordenar los conocimientos e ideas con el objetivo de organizar y desarrollar las sesiones de entrenamiento durante la temporada y que éstas reúnan todos los aspectos propios del juego: tácticos- físicos- psicológicos, teniendo en cuenta el calendario de competición (López López, 2002).
Por tanto, los objetivos de la planificación serán los siguientes:
- Evitar la improvisación, de la misma nace el fracaso.
- Conseguir una continua progresión y mantenimiento de la forma de los deportistas.
- Conseguir el máximo estado de forma en la época de la temporada que más nos interese.
- Mantener un estado de forma óptimo durante la competición.
Componentes de la planificación deportiva
El proceso de entrenamiento se estructura en periodos temporales bien definidos (Bompa, 2000):
- Macrociclos (ciclos anuales: preparatorio, precompetitivo, competitivo y transición).
- Mesociclos (ciclos de 2 a 8 semanas).
- Microciclos (ciclos de aproximadamente una semana).
- Unidades de entrenamiento (cada sesión en particular).
La supercompensación es sin duda el punto más importante de todo el proceso de planificación.
Cuando el organismo se encuentra en el llamado equilibrio “homeostático” (en reposo, con los sistemas funcionales en equilibrio) y es estimulado por una carga de entrenamiento, provoca una disminución de sus niveles. Luego, cuando el organismo ha sido capaz de asimilar la carga, y tras un adecuado proceso de recuperación, se produce un crecimiento que supera el equilibrio inicial. Es una adaptación natural con el fin de estar preparado para futuras cargas similares. Pero este nuevo estado es reversible, si no se vuelve a estimular retornará a su estado anterior.
Ahora es cuando viene la clave de este proceso: aplicar la siguiente carga en el momento adecuado. Si lo hacemos demasiado pronto, cuando el organismo aún no se ha recuperado del estímulo anterior, podemos producir un sobreentrenamiento por acúmulo de sobrecargas, y si lo hacemos demasiado tarde no aumentaremos la “línea de equilibrio”. Para hacerlo correctamente debemos respetar las fases de supercompensación, proporcionando cargas y recuperaciones adecuadas mediante entrenamientos individualizados y muy controlados, es decir, proporcionar la siguiente carga en el momento en que se haya producido la supercompensación del entrenamiento anterior y antes de que se pierdan los efectos de ésta.
Carga + recuperación adecuada = supercompensación
Carga + recuperación excesiva = sin adaptación
Carga + recuperación incompleta = sin adaptación (posible sobreentrenamiento)
Referencias Bibliográficas
- Bompa, T.O. (2000): Periodización del entrenamiento deportivo. PAIDOTRIBO, Barcelona.
- Harre, D. (1987): Teoría del entrenamiento deportivo. Stadium, Buenos Aires.
- Lopez Lopez, J. (2002): 160 fichas de entrenamiento para juveniles. WANCEULEN, Sevilla
- Matveiev, L.P. (2000). Teoría General del Entrenamiento Deportivo. Barcelona, Editorial Paidotribo
- Mel, C. & Verkhoshansky, Y. (2000). Superentrenamiento. Barcelona, Editorial Paidotribo.
- Verkhoshansky, Y. (1990). Entrenamiento Deportivo. Planificación: Programación. Barcelona, Editorial Martínez Roca